lunes, 8 de junio de 2009

Los Tesoros y el Arte de los Templarios




Los Caballeros Templarios aparecen mencionados a lo largo de El Código Da Vinci, ya sea en relación con el Santo Grial o con la búsqueda del llamado «tesoro del templo de Jerusalén». Los caballeros pronto adoptaron el célebre hábito blanco, proveniente de los cistercienses, al que añadieron una cruz roja. Inicialmente juraban proteger las rutas a Tierra Santa para los nuevos peregrinos que iban en tropel hacia Jerusalén desde Europa tras la Primera Cruzada.
Sin embargo. Los Caballeros se convirtieron pronto en una base de poder por derecho propio, y se les fueron uniendo gran cantidad de adeptos, a pesar de la aparente austeridad de su regla monástica. Por aquel entonces la Iglesia estaba muy a favor de los Caballeros. Sus propiedades estaban exentas de impuestos se les colmaba de todo tipo de favores, no estaban sujetos a jurisdicción y ni siquiera tenían que pagar los diezmos eclesiásticos tan comunes en aquel momento.
Esto, a su vez, trajo como consecuencia una creciente antipatía hacia la orden por parte de ciertos sectores del clero secular. Su fuerza se vio reforzada por un despliegue de imponentes castillos construidos en Tierra Santa, los cuales servían a la vez como bases de la campaña militar y también como capillas a las que los monjes guerreros podían retirarse. El nombre de Caballeros Templarios parece aludir al hecho de que tuvieran su cuartel general en Jerusalén en la Cúpula de la Roca, en el Monte del Templo, que rebautizaron como Templum Domini. Muchos creían que ese sitio era el lugar en el que Salomón construyó el legendario Templo de Jerusalén, con su supuesto tesoro.
Como resultado de ello, recibieron varias bulas papales, o notificaciones, que les confería poder para subir los Impuestos y los diezmos en las zonas que controlaban. Esto, a su vez, les otorgó poder y autoridad instantáneos. Uno de los primeros sistemas bancarios internacionales fue fundado por la Orden, y los acaudalados caballeros y terratenientes dejaban a menudo buena parte de sus riquezas en las seguras manos de la Orden.., a cambio de unos honorarios, por supuesto.
Finalmente, los Templarios llegaron a poseer extensas propiedades tanto en Europa como en Oriente Medio. En un momento dado, estuvieron a punto incluso de hacerse con el reino de Aragón, después de luchar en una campaña española. La Orden se ganó la fama de ser hermética y de estar obsesionada con los rituales, y esta reputación, hizo que sea acusada de herejía por la Santa Inquisición. A finales de este mes de mayo tendrá lugar en Jerez de los Caballeros (Badajoz) un congreso internacional sobre la Orden del Temple. A pesar del tiempo transcurrido desde su desaparición en 1314, la hermandad sigue envuelta en una aureola de misterio y mitificación, sobre todo en lo relativo al paradero de sus riquezas y, de modo especial, a los tesoros que pudieron rescatar durante sus años de permanencia en el Templo de Salomón.En efecto, este templo construido en honor a Yahavé, terreno sagrado para tres religiones, albergó entre otros el Arca de la Alianza y su no menos misterioso contenido: la Menorah o candelabro de siete brazos, así como la llamada Mesa de Salomón.
La mayoría de estos tesoros fueron llevados a Roma por el emperador Tito y posteriormente quedarían en manos visigóticas para ser trasladados a Francia y, después, a España. Nuestro país jugó un papel muy importante en los planes del Temple, incluso se dice que el rey Alfonso II de Aragón, responsable de la introducción de la orden en la piel de toro de nuestra España, era en realidad el Anfortas de las leyendas del Grial. El mito y la realidad se dan la mano en este tema y ahora un grupo de expertos tratará de arrojar luz sobre este asunto trascendente. Y digo trascendente porque, como postulo en mí último libro El Tesoro Oculto de los Templarios, tras la misteriosa orden se esconde un objetivo inquietante: preparar a la sociedad -la de su tiempo- para el retorno del Consolador prometido. Los templarios no encontraron las condiciones adecuadas para presentar al segundo Mesías, pero quienes continuaron con la tradición hasta nuestros días presumen que este tiempo está próximo y, además, aseguran ser custodios del tesoro material que la orden amasó a lo largo de sus dos siglos de existencia. ¿Verá entonces la luz? Como aquellos monjes guerreros muchos de nosotros nos enfrascamos hace años en la búsqueda del Grial. Somos los nuevos caballeros del Grial, tal vez no del objeto pero sí de la transformación que él representa, una suerte de alquimia interior que nos convierta en más sabios, en mejores personas.

1 comentario:

  1. El material no presenta la fuente de todo se tomaron los datos, al escribir “Nuestro país jugó un papel muy importante en los planes del Temple” pensé que se refería a República dominicana. Incluso cundo habla “…como postulo en mí último libro El Tesoro Oculto de los Templarios” no habla del nombre del autor del libro.

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