martes, 9 de junio de 2009

Breve historia de los templarios

Durante las guerras santas denominadas Cruzadas donde se luchó contra los "infieles o herejes" para liberar el Santo Sepulcro y defender la ruta cristiana de la domininación musulmana, surgieron varias órdenes militares de monjes cristianos guerreros que asumieron votos de pobreza, castidad, obediencia, más el de defender a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares. La Orden de Hospitalarios, cuyo fin era el cuidado y hospitalización de los peregrinos, de ahí su nombre; y la Orden de los Templarios, quienes fueron más populares, se encargaban de cuidar y proteger la ruta que utilizaban los peregrinos para dirigirse a la Ciudad Santa.

La orden de los templarios también fue llamada "Orden de los Pobres Caballeros de Cristo" (pobres por su voto de pobreza), otro de sus nombres fue Orden del Temple (francés: Ordre du Temple o Templiers) porque su primera instalación fue en el Templo de Salomon (Pauperes commilitones Christi Templique Solomonici), también se les llamó soldados de Cristo, milicia del Templo de Salomón, milicia de Salomón y hermanos del Templo o del Temple.


En el principio, los caballeros de esta Orden fueron tan pobres y humildes, que algunas veces dos caballeros tenían que montar un solo caballo al escoltar a los peregrinos que iban a Jerusalen, de aquí que tomaron por distintivo de la orden dos caballeros montados en un solo caballo en señal de humildad y pobreza, con esta leyenda: Sigillum militum Christi: sello de los soldados de Cristo.

Gracias a sus virtudes y sus heróicas acciones obtuvieron los mayores elogios de personas célebres en santidad y saber: el rey, el obispo, todos, en Jerusalén. La orden fue recibiendo donaciones, villas, castillos, diezmos y tesoros de los lugares que conquistaban, lo que les proporcionó inmensa riqueza y la devoción de los fieles.
Llegaron a convertirse en una especie de banco, que prestaba a reyes y nobles. Uno de los más endeudados fue el rey Felipe IV, quien intentó tomar el control de la Orden para así apoderarse de sus riquezas. Junto con el Papa Clemente V inició un campaña de intrigas, rumores y acusaciones; hasta que consiguió que la Orden fuera disuelta por acusiones de herejía, homosexualidad, hechicería, y otros délitos más que fueron obligados a confesar bajo crueles tormentos. Muchos de los templarios fueron quemados vivos, protestando por su inocencia y retractándose de todas las confesiones que mediante torturas y tormentos les habían arrancado.

Una vez disuelta la orden sus bienes fueron confiscados en beneficio de la Corona, la Iglesia y la Orden de los Hospitalarios. Dice la historia que el gran Maestre al poner a Dios como testigo de su inocencia, lanzó una maldición de muerte al Papa Clemente V en cuarenta días y al rey dentro de un año: vaticinio que afirmán se cumplió (el rey murió antes de un año de una caida de caballo durante una cazería y teniendo 47 años de edad). Asimismo ninguno de los otros investigadores que participaron de este proceso tuvieron buen final.

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